"Elwë se convirtió en Rey renombrado, que mandaba a todos los Eldar de Beleriand; se llaman los Sindar, los Elfos Grises, los Elfos del crepúsculo; y él era el Rey Mantogris, como se le llamó, Elú Thingol en la lengua de esa tierra, y Melian fue la reina".
-De Thingol y Melian. El Silmarillion.
El implacable Mirhell, miembro de una prodigiosa familia, cuyo linaje se ha dedicado a lo largo del tiempo, al cuidado de las fronteras orientales de la Cintura de Melian. Acciones que a estas alturas la han tomado como un deber de su Casa.
Este hecho fue inculcado en el pensamiento del pequeño Mirhell, quien a muy temprana edad, demostró certera capacidad en el uso de las armas a distancia, así como afinidad con el bosque y empatía propia hacia el cuidado de las criaturas que allí habitan en paz.
Su complexión delgada y severa le permitieron convertirse en uno de los miembros más reconocidos de la guardia oriental, no sin antes haber demostrado su valía cazando en las afueras, cosa que es poco habitual en los miembros de los Doriathrim, pero que a su vez demuestra que está preparado para todo.
Aquella vez tuvo que seguir las huellas de una extraña criatura llena de ramas y escamas que se encontraba cazando y alimentándose de las criaturas de alrededor. Tres días demoró el joven Mirhell en cazarlo, y cuando lo encontró en una asquerosa cueva, supo que hacer y no dudó en ensartar una flecha entre sus ojos. La cabeza de la criatura la llevó de vuelta al bosque, y con ello se ganó el orgullo de Guardián de la Cintura.
Todo iba bien hasta que al parecer quienes seguían a la criatura contratacaron… y Mirhell, impotente y con lágrimas en los ojos, vio como los Orcos se llevaban prisionero a uno de sus mejores amigos… no sin antes sufrir una derrota en batalla.
Por ello no dudó en solicitar permiso, y correr en su rescate… esto le ha llevado a alejarse nuevamente de las fronteras… y esta vez, mucho más allá de lo que lo había hecho, quién sabe con qué destino.
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