Pueblos de Beleriand: Enanos de Belegost

"Desde Nogrod y Belegost, los naugrim llegaron a Beleriand; y los elfos se llenaron de asombro, porque se creían las únicas criaturas vivientes de la Tierra Media..."
-El Silmarillion.

Más allá del enorme río Gelion, se alzan majestuosas e imponentes las misteriosas Montañas azules. Aquellas que para la mayoría de los pueblos residentes en Beleriand, significan un gran provecho a la hora de establecerlas como defensa natural.
Esta enorme cadena montañosa que se extiende desde el más oscuro norte hasta el poco conocido sur, es el hogar de los "Cintos anchos", un clan enano que habita en la imponente mansión de Belegost.
Se trata de un pueblo robusto superviviente de horribles guerras y asedios por los orcos de Morgoth, donde Dwálin el sabio, es considerado Padre de la Tercera Casa.

Durante siglos han trabajado en el interior de la montaña y sus alrededores, pero sobretodo en lugares de profundidad y oscuridad, cavando sus estancias cada vez más amplias y gigantescas.

Sus herrerías y minas brillan de manera poco común y el sonido de su forja retumba en cada rincón y pasaje bajo la montaña.
Hace un buen tiempo, muchos de los mineros y canteros de Belegost marcharon a Doriath por petición de Thingol Mantogrís, el objetivo fue cavar las estancias de Menegroth. Pues entonces, tanto la habilidad de los enanos como el arte de los elfos se mezcló para crear lo que sería el bastión más importante de Beleriand.

Azaghâl se quedó para administrar su reino junto a soldados y al resto de las familias, mientras que protegía con ahínco a aquellos que prestaron sus manos para viajar al oeste y construir "Las mil cavernas".

Para el resto de los pueblos libres, los enanos de Belegost son gente orgullosa y severa; serios a la hora de establecer vínculos, y asertivos cuando de esgrimir el hacha se trata. Son grandes canteros y mineros, lo que se demuestra en las dimensiones de Belegost respecto a la ciudadela de sus hermanos del norte y han sido decisivos en muchas de las batallas que se han propagado a lo largo de la historia.
"

Valariandë

-¿Satisfechos? - dijo Andreth. -Ningún corazón de Hombre está satisfecho. El tránsito y la muerte le es siempre penoso; pero un declive más lento proporciona cierto consuelo, y retira ligeramente la sombra.

-Andreth -De la muerte y los hijos de Erü

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