Releyendo muchas de las historias de 'Personaje del mes' que he publicado y ampliado según mis propios criterios, me he dado cuenta que tengo cierto interés o debilidad por las historias poco contadas; aquellos cuentos inconclusos que se mencionan muy superficialmente en el canon, pero que a su vez, otorgan gran cantidad de espacio para ser ampliadas y así, poder ser utilizadas con mayor libertad en el juego. Cosa que es muy importante para no romper dicho canon, y que es muy útil, también, a la hora de crear historias para nuestras partidas.
Es por ello que, sobre estas teclas, se han ampliado historias como la de Azaghâl el Señor de Belegost, Haldan el colonizador de Brethil, Denethor el hijo de Lenwë o Bereg el edain disidente del pueblo. Historias que tienen muy poca relevancia con la columna vertebral del Quenta Silmarillion, pero que a nosotros, como jugadores de rol, nos permite involucrarnos en ella y ampliar la historia sin modificar la historia.
Esta también es una de las razones por las que dichas historias están llenas de detalles que no encontrarán en otros escritos, pero que no les afecta a los mismos.
Y para seguir la tradición, nos vamos con una nueva historia más que desconocida...
"... Elmo, hermano de Thingol: un personaje oscuro, de quien se dice tan sólo que era el hermano menor de Elwë y Olwë, y "amado de Elwë", con quien se quedó"
-De Galadriel y Celeborn. Cuentos inconclusos de la Tierra Media.
La que vamos a contar hoy, es la historia para mi gusto menos conocida, ya que se nombra casi nada en los escritos del profesor. De hecho, ni siquiera se menciona en 'El Silmarillion', ni mucho menos en sus índices.
Para conocer algo poco de ella, hay que recurrir a historias de personajes cercanos a él, como lo es el ensayo "La historia de Galadriel y Celeborn" de los 'Cuentos inconclusos' o su primer escrito en "La guerra de las joyas" del Volumen VIII de la 'Historia de la Tierra Media'.
La historia de Elmo se cuenta siempre bajo el alero de personajes como Elwë Singollo u Olwë, y esto se debe principalmente a que es el menor de los tres hermanos. Siempre al amparo de ambos y bajo el cuidado de estos; se forjó como una persona humilde y perseverante por sobretodo, rasgos que le permitirían llevar a cuestas las cargas que el tiempo y el destino se encargarían de otorgarle.
Su historia poco desarrollada y la cercanía con sus hermanos, nos hace especular que su nacimiento se produjo poco más tarde del despertar de los primeros Elfos, lo que implica a su vez, que se trate de uno de los Elfos más ancianos a la fecha (actual del juego, 420 de la Primera edad aproximadamente), por lo que su consejo es solicitado y tenido en cuenta cada vez que se produce alguna discusión o concilio en los palacios de Menegroth.
Tampoco sabemos la diferencia de edad que hay entre los hermanos, pero si sabemos que es el menor de los tres, pero no el menos sabio.
Elmo gustaba de caminar junto a sus hermanos, y escuchaba con mayor atención las palabras de Elwë, quien lo amaba por sobre todas las cosas. Su estrecha relación de familia y amistad fue otorgada por su semejanza de espíritu. Ambos compartían el rasgo de la paciencia, y añoraban sentarse en las raíces bajo las brillantes hojas de Telperion. En esto, su hermano Olwë compartía gran interés. Sin embargo, Elmo siempre sintió mayor apego a Elwë, y lo admiraba por ser líder de los Teleri, y uno de los tres que habían visto los grandes Poderes de Valinor.
Influido por la llama del deseo, Elmo seguiría a Elwë a donde fuese. Por ello, fue uno de los primeros en alzarse y comenzar la marcha, y uno de los más felices en realizarla.
Cruzó con ímpetu la Tierra Media y nunca dudó ni temió ante lo que descubrían sus ojos. De hecho, con Elmo sucedía todo lo contrario. Cada vez que veía una montaña más alta que la anterior, o cada vez que cruzaba un bosque más profundo que otro, el se hacía de ánimo y cumplía con su deseo.
Así fue que llegó a las tierras de Eriador, y entre hueste y hueste, sirvió como mensajero entre ambos líderes debido a la diferencia en como marchaban, pues se cree que era de pies ligeros y hábil entre los senderos.
El gran dolor de Elmo llegó cuando aún se encontraba en las Montañas Azules. Pues, cuando en uno de sus viajes de regreso hacia la hueste de Elwë, se enteró de que éste llevaba un tiempo sin volver.
Elmo siempre consideraba las palabras de Elwë, y sabía de su amistad con Finwë e Ingwë, líderes de los Noldor y Vanyar respectivamente. Por lo que no le extrañaba cada vez que éste se adelantaba en el camino para visitarles. Y aunque siempre aconsejó el no separarse mucho, daba por hecho que Elwë sabía lo que hacía.
Muchas veces Elmo tuvo que tomar el control de la hueste principal debido a que Elwë demoraba en retornar. Pero sabía que el camino no era fácil.
Así, Elmo soltó lágrimas de dolor y desesperación cuando se dio cuenta que Elwë ya había tardado demasiado. Y dio el aviso a su hermano, quien tomó el control de ambas huestes una vez que llegaron a las extensas tierras de Beleriand.
Largo tiempo buscaron a Elwë, y Elmo por su cuenta marchaba cada vez que podía. Escalaba árboles de gran altura, o subía riscos y colinas para tener mejor visión, allí, esperaba sin cesar el retorno de su hermano.
Elmo no pierde la esperanza |
Entre este asunto y la marcha hacia oeste, los Teleri perdieron el ritmo, y se retrasaron más que ningún otro. Pero para Elmo, eso ya no era lo importante, ahora ansiaba el reencuentro más que la misma luz de los Árboles. Por ello nunca se dio por vencido, y día y noche buscó sin resultados. Su hermano estaba perdido, y el desesperaba.
Muchas hojas cayeron y muchos frutos florecieron antes que los Teleri llegaran a las costas de Beleriand, y cuando lo hicieron era tarde. Sus hermanos de las otras huestes ya habían marchado, y no quedaba ninguno para pedir consejo. Sólo quedaba esperar.
Algunos se dispersaron a lo largo de la costa, otros se adentraron en el norte, mas Elmo y los que lo seguían vivieron en la floresta, con el mismo objetivo. Cada vez que tenía nuevas noticias, o necesitaba consejo, Elmo caminaba desde la floresta de Beleriand hacia las costas donde se estableció Olwë, esperanzado en que en algún recodo del camino hallaría a su querido hermano.
En uno de estos viajes fue testigo de una nueva separación, pues con lástima y melancolía tuvo que decidir cuando en el horizonte vio a Ulmo entre las olas. Los ruegos desde Valinor, permitieron que el gran Vala del mar volviera con la isla a por ellos, pero Elmo ya había decidido hace mucho tiempo, y ni el consejo del Vala, ni el ruego de su hermano cambiaron su parecer.
Así, vio a su hermano Olwë embarcarse en la isla junto a gran parte del pueblo Teleri, y abandonar la Tierra Media, sin saber que pasaría muchísimo tiempo antes de volver a abrazarse nuevamente. Pero esta separación no le dolía más que la perdida de Elwë. Por ello, se le otorgó el liderazgo de los que habían sido abandonados, y se llamaron Eglath, y Sindar, los Elfos Grises.
Poco tiempo después, y sin esfuerzo de Eglath alguno, Elmo presenció el retorno de su hermano entre la espesura.
No lo hacía sólo, y en sus ojos vio felicidad, por lo que no lloró cuando lo abrazó, sino que sintió paz y calma en su corazón, y no creyó tener mayor alegría alguna en la Tierra Media.
Se arrodilló ante su hermano y señor, y ante la hermosa mujer que lo acompañaba, y se convirtió en su súbdito más fiel.
Después de esto ayudó a su hermano en la construcción de Menegroth y en la creación del mayor reino que hubo en las tierras de Beleriand. Nunca ansió poder, ni mucho menos jerarquía, sólo quería vivir al lado de su hermano.
Fue nombrado consejero del Señor, y también se destacó como gran diplomático del reino de Thingol y Melian, y su consejo siempre fue tenido en cuenta por que lo avalaba su lealtad.
Ahora que ya estaba más tranquilo, pudo dedicarse a sí mismo, se casó bajo las leyes de los Eldar, y tuvo por hijo a Galathon, quien a su vez le dio por nietos a Celeborn y Galathil, y fue feliz con su humilde vida.
- Raza: Eldar
- Pueblo: Elfo del bosque de Doriath
- Linaje: Casa de Elwë; Nelyar
- Títulos: El amado de Elwë
- Nacimiento y orígen: Cuiviénen, Primeros nacidos
- Padres: Desconocidos
- Hijos: Galathon
- Residencia: Cuiviénen; Menegroth
- Objetos: Desconocidos
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